La banda sonora de tu vida

Esta tarde se vuelve el Pableras para Londres, y como siempre que viene por la terreta hemos pasado varios días haciendo el gambitero, churrando, a tope con la maquinaria y sin apenas dormir. Ahora necesito unas vacaciones y hacer una cura de sueño para recuperarme.

Como hacía tiempo que él no tenía Internet y apenas habíamos hablado, volvimos a quedar para cenar en La Sidrería (un asturiano que está en la plaza Zarandieta donde se come de puta madre) y en un pis-pás nos pusimos al corriente de todo.
Luego la ruta habitual: Cherokee, Cure, Black Dog… Clanca y chocolate con churros.

Como el domingo volvimos a la vida cuando ya se ponía el sol, nos fuimos directos a la horchatería Azul donde habíamos quedado con Noelia y Elena y nos fuimos a pasear por el puerto hasta hacer hambre. Cenamos en el Mejicano que hay cerca de la Rambla y se nos unió Dani, a casa del cual nos fuimos a ver videos de La hora chanante y demás tontunas.

Ayer se pasó Pablo por la tienda y me llevó a comer al campo con su familia a la que hacía mucho tiempo que no veía. Allí estuvimos mirando discos antiguos que tenían de cuando la mudanza y tomándonos un refrigerio a la fresca. Como no podía ser de otra forma me cebaron a chuletas, embutidos, patatas… y nos volvimos para Alicante. Yo paré en casa para dar una cabezadita, porque el cansancio ya me pasaba factura y él continuó con su ronda de visitas.
Por la noche volvimos a quedar, nos tomamos una birritas en el Duke con Jorge y luego se nos unieron Dani y Noelia para cenar en el Li Du. Y otra vez a casa de Dani. A la pobre Noelia intentamos iniciarla en Star Trek poniéndole el episodio de Damok y luego cambiamos a Me llamo Earl y… otra vez las tantas de la noche.

Así que me voy ahora mismito a casa, comeré frugalmente y a descansar.