Marchando una de discos

Hace tiempo que no escribo nada sobre las películas que he visto y los discos que he escuchado, y eso que algunos me han gustado bastante.

Lo de las películas de momento lo voy a dejar para otra entrada (hasta que me recupere de ver ese petardo vindieseliano llamado Casino Royale).

Últimamente no paran de salir discos que, a priori, parecen interesantes y los deberes se me van acumulando, mi mp3 no para de echar humo del desgaste que sufre y ya es la segunda vez que en el servicio técnico me lo cambian por otro nuevo (no es coña). No se si es cierto eso que dicen de que estamos viviendo el mejor momento que ha tenido el rock en los últimos diez años, pero sí que es verdad que hacía tiempo que no había tanto movimiento y esta pequeña minoría se ha vuelto a convertir en una gran minoría. Brindo por ello (ahora toca demostrar quien apoya de verdad a las bandas y se compra el disco una vez se lo ha bajado del emule y le ha gustado).

Queens of Stone Age – Era Vulgaris

Se me hace difícil hablar sobre este disco. Hace una semana que vengo escuchándolo y todavía no tengo claro si me gusta. Es un disco crudo y descarnado, probablemente el que más de la carrera de las reinas de la edad de piedra. No hay muchas melodías y las pocas que hay son casi minimalistas, aunque hay excepciones como Suture up your Future. Al contrario que pasó con el denso Lullabies to Paralyze, aquí predominan los riffs simples y machacones, por eso en algunos momentos recuerda a R y a Songs for the Deaf pero con otro espíritu más… enfermizo. Al menos a mi me resulta perturbador, es como cuando veo una peli de Lynch o Cronenberg que luego necesito reposarla una temporada para saber que opino sobre ella.

Sick, Sick, Sick



Chris Cornell – Carry On

Aquí no tengo dudas. Increíble, genial, inmenso. Lo mejor que ha grabado Cornell en muchos años. Yo fui de la minoría a la que le gustó su primer disco en solitario tras dejar Soundgarden, el delicioso Euphoria Morning. Su época con Audioslave no me entusiasma pero reconozco que tienen unas cuantas buenas canciones y el Out of Exile me gustó al completo.

Este LP le ha salido bastante más variado que el anterior y aquí va pasando de su lado más rockero (No Such Thing, Poison Eye, la alegre Your Soul Today), al más intimista (Arms Around Your Love, Silence the Voices o la preciosa Scar in the Sky) pero creo que es en las canciones que se quedan en un punto intermedio o más inclasificable donde esta lo mejor del disco, sencillamente genial She’ll Never Be Your Man, majestuosa Killing Birds, y esa versión del Billie Jean con un ritmo gospel ralentizado y con todo ese dramatismo que le da cantando, es una genialidad. Y es que lo mejor del disco es, como no, la voz de Cornell. También incluye You Know My Name, la canción que hizo para Casino Royale, y que no solo es la mejor canción de una película de Bond que se ha hecho en años, si no que es mejor que toda la película en si. Ahí queda eso.

You Know My Name



Those Legendary Shack Shakers – Pandelirium

Este disco es del año pasado, pero no conocía de nada a la banda y me la recomendaron recientemente. No es fácil clasificarles en un estilo, y aunque normalmente lo hacen en el del psychobilly son más que una mezcla de punk y rockabilly. En una misma canción pueden meterte un ritmo sureño con melodías que suenan a folklore ruso y que en conjunto todo sea una especie de ska. Es el disco ideal para poner en una fiesta cuando quieras que la gente se espabile y comience a menear el esqueleto. Especialmente recomendables Ichabod, Iron Lung Oompah y Something in the Water. Estoy deseándo verlos en directo.

Ichabod



Ozzy Osbourne – Black Rain

Tras seis años de silencio ha vuelto el príncipe de las tinieblas al estudio para grabar nuevo disco. Creo que a pocos les convenció su anterior disco Down to Earth, la idea de invitar a otros músicos para componer distintas canciones solo hizo que el disco quedara como algo informe y sin personalidad (quizá hubiera sido mejor invitarles solo a tocar). Pero en este las cosas vuelven a su cauce, vuelven a componer Zakk Wylde y Ozzy, y el disco vuelve por la senda de aquel magnífico Ozzmosis, y aunque dudo que nadie le llegue a dar la consideración de clásico como Diary of a Madman o Bark at the Moon, es un gran disco. Hay canciones donde el abuelo Ozzy rockea realmente fuerte, sobre todo en The Almighty Dollar, Black Rain o la acelerada Silver, y hasta tiene una balada como Lay Your World On Me, que hasta resulta tierna sin caer en lo ñoño, algo que, reconozcámoslo, a veces le cuesta conseguir al señor Osbourne. Pero no pasa nada, este hombre hace años que esta en un nivel superior que el resto de los mortales, más allá del bien y del mal, como un Ronnie James Dio o un Keith Richards. Ha vuelto el Madman y será mejor correr a verle porque ya ha avisado que esto de los giras se va a acabar.

I Don't Wanna Stop