...in the middle of fucking nowhere

Ayer me fui a pasar el día en Altea con una amiga, a pasear por la playa al solecito, comer sushi y beber sake caliente en el que probablemente sea el mejor japonés de la provincia (un poco carete eso sí). Lo del sol se fastidió porque de repente apareció un nubarrón y descargó todo lo que llevaba, pero al salir del restaurante volvía a lucir el sol.

La tarde la pasamos charrando de nuestros respectivas vidas, curros (que poco me gusta hablar de trabajo), lo último que habíamos escuchado de música, o visto en el cine. La típica conversación que solemos tener Inma y yo poniéndonos al día, ya que nos vemos muy de cuando en cuando.

Hubo un momento en que me dijo que estábamos “…in the middle of the fucking nowhere”, así en guirilondio. Pero creo que al menos yo ya no lo estoy. He perdido muchos miedos y vergüenzas (no todas las que quisiera), y he sido un poco más pasota. No me ha gustado nadie, no me he enamorado y me ha dado exactamente igual. He estado “en medio de la puta nada” al menos en lo que a sentimientos amorosos se refiere y ha estado bien, realmente bien. Pese a la pesada insistencia de algunos amigos no le he entrado a ninguna chica en los bares, y esta vez no fue por vergüenza, si no porque simplemente no quería, no quería jugar a impresionar a una desconocida con dos frases pretendidamente ocurrentes y que por ellas me hiciera un juicio rápido para decidir si soy lo suficientemente interesante o me da pasaporte. No quería esforzarme en hacer parecer que quiero conocer a alguien que no se si quiero conocer. Y sobre todo no quería cambiar, estaba bien así, era feliz en medio de esa nada como para ponerme a complicarlo todo. Los argumentos de si “un rollo es un rollo”, “date una alegría” y cosas así, no me convencían nada. Y aquí estoy ahora volviendo a fastidiarlo todo, sintiendo cosas que no me apetece nada sentir y de nuevo con miedos y vergüenzas.

Supongo que al final todo ha sido por lo mismo, el miedo a que te hagan daño…


Últimamente no consigo quitarme esta musiquilla de la cabeza.

The Killers - When you were young

Asi sí...

Con lo modosito que parecía el Bernardo... como se entere La Cañi de esto...

Telebasura

Está claro que la televisión de nuestro país se encuentra repletita de mierda, pero gracias a Angel Martín hasta te puedes pasar la sobremesa partiéndote el culo de ello. Solo espero que lo de cambiar el programa de semanal a diario no merme en su calidad.

Nacho Vigalondo

Me mola Nacho Vigalondo, como persona, aunque físicamente tampoco está nada mal (esa barba mmmm...), pero sobre todo me gustan sus cortos.

Desde que vi 7:35 de la mañana y la tri-lo-gía postindustrial Codigo 7, estoy enganchado a todo lo que hace. Ultimamente también ha hecho cosas para La Hora Chanante, como el de Gremlins 3 o La gran revelación.

Ahora anda metido en el follón del estreno de su última obra Los Cronocrímenes y el trailer ya circula por ahí. Pero aún tiene tiempo para mantener su blog y eso que ahora se ha mudado a los blogs de El País y le exigen mayor regularidad, y no solo eso sino que encima el tio se luce con entradas como esta en la que no solo da una de las mejores visiones que he leido sobre el maestro de Providence si no que encima habla teje un hilo de conexión con Alien y Giger (más evidente) y con David Fincher (menos evidente pero igual de lúcido). Uno de esos textos que, al leerlos, te hacen sentir tan profundamente identificado con la visión del autor, que no puedes evitar mirar a ambos lados con cierta paranoia de que alguien te vigila, y mas que a ti a tus pensamientos.