Tango

Hace algún tiempo me di cuenta de que la mayoría de canciones de Carlos Gardel que más me gustaban estaban compuestas por un señor llamado Enrique Santos Discépolo. Y aunque la música de sus canciones me parece notable, su genialidad está en los textos. Os recomiendo a este poeta del tango, que igual te desgarraba con la amargura de un desamor que de otro hacía una comicidad irónica (sino escuchad la letra de Victoria).

Os pongo la versión más reciente que se ha hecho del clásico Confesión.

Calamaro y Bunbury - Confesión


Fue a conciencia pura
que perdí tu amor...
¡Nada más que por salvarte!
Hoy me odias
y yo feliz,
me arrincono pa' llorarte...
El recuerdo que tendrás de mí
será horroroso,
me verás siempre golpeándote
como un malvao...
¡Y si supieras, bien,
qué generoso
fue que pagase así
tu buen amor..!

¡Sol de mi vida!...
fui un fracasao
y en mi caída
busqué dejarte a un lao,
porque te quise
tanto...¡tanto!
que al rodar,
para salvarte
solo supe
hacerme odiar.
Hoy, después de un año
atroz, te vi pasar:
¡me mordí pa' no llamarte!...
Ibas linda como un sol...
¡Se paraban pa' mirarte!
Yo no sé si el que tiene así
se lo merece,
sólo sé que la miseria cruel
que te ofrecí,
me justifica
al verte hecha una reina
que vivirás mejor
lejos de mí..!