Anoche a última hora se me llenó la tienda de rockeros y gente de mal vivir. Consiguieron tentarme (yo no quería) y de aquí nos fuimos a tomar unas tapas y unos montaditos, con unas buenas jarras de cerveza en “
Lo Nuestro”. Y de allí nos dirigimos hacia la Nave 8 de San Vicente donde iban a actuar los ínclitos
Turbonegro (afamados por sus perversiones y el ruido atronador que generan allá donde van). Después de encontrarnos con algunos conocidos
como
Ladrón (con su nuevo mostacho a lo
Ron Jeremy) y
Maje, nos metimos en la sala y buscamos el sitio más cercano al escenario que pudimos, ya que la concurrencia era abundante. Poco más tuvimos que esperar a que salieran los escandinavos a soltarnos su repertorio.
Muchas canciones del último disco:
Everybody Loves a Chubby Dude,
We’re Gonna Drop the Atom Bomb,
Do You Do You Dig Destruction?. Y por supuesto también sus clásicos de siempre:
The Age of Pamparius,
Get It On,
I Got Erection,
Back To Dungaree High… Buen sonido, la banda divertida y cumpliendo y
Hank haciendo sus típicos comentarios jocosos y/o cochinotes.
Especialmente me quedo con el momento en el que recordaron al entrañable
Kike Turmix, que fue quien les trajo por primera vez a este país a dar conciertos y con el que tuvieron una amistosa relación. Aunque, según nos contó
Hank, en sus últimos momentos de vida se dio cuenta de lo que había hecho y exclamó:
Turbonegro deben ser destruidos, momento en el cual comenzaron a tocar la estupenda
Turbonegro Must Be Destroyed.
Aquí podeis ver todas las fotos del concierto.