Amigos

Me han echado un rapapolvo por no escribir más sobre mí y mis cosas y dedicarme demasiado a “eso de la música que pones”. Bueno, yo creo que últimamente he escrito bastante “sobre mí y mis cosas” incluso más de lo que debía haber escrito, y desde luego la música es una de “mis cosas”, para mí una de las más importantes y precisamente las pongo para compartir algo íntimo con vosotros y que me conozcáis mejor. Pero en fin, entiendo lo que querían decirme. ¿Queréis cotilleos? Pues toma.

“Los amigos de verdad los puedo contar con una mano y me sobran dedos”. Es algo que me dijo una persona querida siendo yo pequeño, y lo he recordado muchas veces a lo largo de mi vida.
Es cierto que con el paso del tiempo uno cambia de amistades, como decía Naus en su último post, pero también creo que los auténticos amigos, las personas que te quieren de corazón, están siempre ahí, les es físicamente imposible olvidarse de ti, aunque te encuentres en las antípodas. Bueno, a mí al menos sí que me pasa y me gustaría pensar que a ellos les pasa lo mismo conmigo (eh? y no quiero señalar a nadie, y menos a ningún díscolo azafato de vuelo :D )

Hace años hice una de esas amistades, éramos uña y carne, tenía una confianza con él como jamás tuve con nadie… En fin ya sabéis, todos hemos tenido un amigo/a así. Pero un día, no se que ocurrió, no fue lo típico del distanciamiento y cada uno tirar por un lado, no. De repente desapareció. Cambió de casa, de trabajo y no supe más de él.
Con el tiempo nos cruzamos un par de veces, nos saludamos fríamente y ya está. Supongo que debería haberle parado y preguntarle “bueno, a ti que te pasa?”, pero estaba tan resentido porque hubiera desaparecido así que no quería ni hablar con él. Alguien me contó que todo fue porque estaba molesto por algo que dije una vez. No se si esto es cierto, pero si lo es, yo no se que fue lo que dije ni por qué no lo habló conmigo, con la total confianza que teníamos.

Desde hace meses hemos vuelto a vernos, por asuntos de negocios. Al principio la cosa era un tanto excesivamente seria, casi diría que tensa, para luego estar un poco más distendida y coloquial. Durante estas fiestas nos hemos encontrado en la barra de un bar con un par de cervezas en la mano y, como sabéis, estas cosas obran milagros. Hemos hablado largo y tendido, nos hemos abierto un poco el uno al otro, entrando incluso en temas íntimos, y para mi tranquilidad he descubierto que pese a los años seguimos siendo los mismos. Dos personas muy distintas que comparten su punto de vista sobre la vida y sus problemas.

Creo que estoy recuperando a un buen amigo, al menos por mi no va a quedar. Y, por cierto, no nos encontramos en el bar, fui a buscarle yo, así que ojito los que os escondáis de mí que tengo mis fuentes :D