Scythe Lore

Idas de pelota en general y onanismo musical en particular

miércoles, junio 14, 2006

Dos décadas después

La línea consta de un número infinito de puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un número infinito de planos; el hipervolumen, de un número infinito de volúmenes... No, decididamente no es éste, more geométrico, el mejor modo de iniciar mi relato. Afirmar que es verídico es ahora una convención de todo relato fantástico; el mío, sin embargo, es verídico.

Me recorre un escalofrio por la espalda solo de leer ese párrafo, el primero de El Libro de Arena de Jorge Luis Borges. Fue mi primer contacto con el maestro argentino y sigue siendo uno de mis relatos favoritos.

Quería deciros lo que ha significado para mí este hombre, leerle, encontrarme con sus cuentos, degustar su contención adjetivadora… Sus breves mezclas de realidad y ficción que publicaba en periódicos a modo de artículo y conseguían desatar todo tipo de opiniones y enfrentamientos, llegando a confundir en ocasiones a letrados en la materia en cuestión. Genio entre genios, tiene un rinconcito en mi corazón en compañía de Poe y Lovecraft.

Tiempo después de su muerte, acaecida el 14 de junio de 1986 en Ginebra, se publicó en una revista francesa que Borges no existió, que fue un invento de varios escritores argentinos que se dedicaban a confeccionar los textos y publicarlos bajo ese falso nombre. Quizá no lo sepamos nunca, pero parece que esa historia fuera ideada por el propio Borges a modo de epitafio jocoso. Y es que si Andy Kaufman tuvo un escritor favorito, a parte de F. Scott Fitzgerald, ese debió ser Borges.

¡ACHTUNG SPOILER! No me resisto a poneros también el último párrafo:

Recordé haber leído que el mejor lugar para ocultar una hoja es un bosque. Antes de jubilarme trabajaba en la Biblioteca Nacional, que guarda novecientos mil libros; sé que a mano derecha del vestíbulo una escalera curva se hunde en el sótano, donde están los periódicos y los mapas. Aproveché un descuido de los empleados para perder el Libro de Arena en uno de los húmedos anaqueles. Traté de no fijarme a qué altura ni a qué distancia de la puerta.

Siento un poco de alivio, pero no quiero ni pasar por la calle México.

3 Comments:

At 7:44 p. m., Blogger Ramón Orts said...

Postdata: Aprende Dan Brown, así es como se hacen ficciones creíbles.
*preeeeeet* (sonido de pedorreta)
;)

 
At 2:13 p. m., Blogger NauS said...

Tu post me ha dado ganas de leer, me has hecho una faena porque me va a quitar horas de estudio o de sueño. Bueno, de sueño seguro que no. :D un beso!

 
At 5:16 p. m., Blogger Ramón Orts said...

Glups... estooo... Mis más sinceras disculpas. No negaré que parte de mi intención era que a alguien le picara la curiosidad y se acercara a sus textos, pero chica no puedes esperar ni un poquito?? Que entre los estudios, la búsqueda de piso y el viaje no se si te va a quedar tiempo para mucho más. Aprovecha los ratitos libres para airearte y desconectar, Borges es paciente y te esperará ;)

 

Publicar un comentario

<< Home